El joven entrenador mostró todo su entusiasmo rumbo al desafío más importante de su carrera
Eran las 20.23. Luego de conducir su primera práctica como flamante técnico de Boca, Fernando Gago se presentó en sociedad en el predio xeneize de Ezeiza; sonriente, casi exultante como pocas veces en su vida futbolera. Habitualmente serio, concentrado, analítico, mostró en su “regreso a casa” todo el entusiasmo, contenido al menos en los últimos largos días de negociaciones y polémicas. Asumió el desafío de su vida, en el club en donde exhibió sus primeras destrezas. Tiempo después, Real Madrid y la selección. Pero antes, mucho antes y para siempre, Boca.
“Son muchas sensaciones, la parte emotiva, los recuerdos. Me hicieron crecer como persona, como jugador. Estoy en otro lugar, tengo ganas de lograr algo importante”, fueron sus primeras palabras, acompañado apenas un minuto por Juan Román Riquelme (”está llena la sala, eh…, eso es maravilloso, los bosteros estamos muy contentos”), el ahora señalado presidente que sabe que se juega algo más que el futuro como dirigente con la decisión del regreso de un hijo pródigo.
De romántica propuesta táctica, aunque con resultados de todos los colores. No se trata de un ganador, precisamente, como DT. Pero algo es claro: Boca es la plataforma ideal para el despegue, de un estilo atrevido que hace mucho tiempo el equipo xeneize no muestra en continuado. De algún modo, Boca necesitaba a Gago. Y Pintita precisaba de la arrolladora fuerza xeneize. “Desde que llegué al club en 1996, debutar en primera, jugar partidos… Lo de ahora tiene una responsabilidad personal. Voy a tratar lo mejor de mí, que los jugadores entiendan que están en el mejor club”, sorprendió con su reflexión.
El entrenador que reemplaza a Diego Martínez arribó este domingo a la Argentina, cuando dejó la frase que conmovió al Mundo Boca. También, a los más escépticos. “Vuelvo a casa”, fue su primer mensaje. De 38 años, volvió a nuestro país junto con su familia. Fueron horas frenéticas: firmó el contrato, dirigió al plantel xeneize y tomó la palabra. “Cambiar se cambia constantemente. Eso te lo da el tiempo. Mi idea es bajar cuanto antes lo conceptual. Ser un equipo protagonista, que tenga mucho peso ofensivo. Tener la pelota, tener esa intensidad”, rubricó.
Su primera vez será contra Tigre, este sábado, a las 19.15, en Victoria, frente a otro joven conductor y de su misma ideología: Sebastián Domínguez, de 44 años. “Voy a ser corto y sincero, mañana vamos a hacer una conferencia buena. Agradezco mucho. También al hincha de Boca por todo el cariño que recibí en estos días. Vuelvo a casa”, había expresado en el aeropuerto de Ezeiza. Y este lunes amplió el concepto. “Los sueños y la imaginación siempre están. Te ponés metas y las vas tratando de conseguir. Hoy es el momento, me siento en un momento personal muy bueno”.